La palabra Qi (léase shi) indica literalmente “vapor que emanan los granos después de la lluvia” nos invita a observar ese invisible, esa energía que en ocasiones se puede lograr apreciar cuando esta fluye a través de la naturaleza, bajando por las montañas al amanecer, a través del cauce de los ríos, con el bailar de las hojas de los árboles o en las estelas que dejan las llamas de fuego. Esa energía vibrante que en situaciones podemos sentir que la misma tierra nos está entregando cada día con su propia naturaleza. Por lo tanto, se encuentra en todos lados y a nuestro alrededor siempre, es una energía invisible que en ocasiones podemos ver en su forma simple, pero la mayoría de las veces no la logramos identificar, de ahí la importancia de observar y entender primero cómo la energía y la naturaleza se comunican entre ellas para así lograr adaptar esa comunicación en nuestros propios espacios.
De esa misma forma como el Qi lee la naturaleza nativa cuando se va moviendo, con el flujo del viento y el agua, leerá también nuestros espacios, los interpretará de acuerdo a lo que el Qi reconozca allí y entregará de vuelta esa misma energía potenciada, la incentivará, el Qi no es magia, no realiza cambio, sólo entrega lo que lee y encuentra en su camino, pues entiende que lo que allí esta es porque así se quiere y se desea.
Es por ese motivo, que una asesoría de Feng Shui también enseña la importancia de tener conciencia en lo que tenemos o no tenemos en nuestros espacios. Es importante saber y reconocer cuales son las aspiraciones que allí se encuentran y de qué forma simple pero efectiva podemos potenciar e incentivar la energía de cada una de esas aspiraciones. Que el Qi lea lo que de verdad necesitamos, nos hace falta o queremos mantener, que fluyan entre ellas, se mueva y gire, armonizando el lugar a nuestro favor, atesorando el Qi para que no se disperse ni se pierda.
¿Cómo lo hacemos? … Debemos tener conocimiento y conciencia de 3 puntos relevantes:
- La ubicación de mis aspiraciones en mi espacio, que son 8; reconocimiento, afectividad, futuro, comunicaciones, profesión sabiduría, salud y prosperidad ya que cada espacio es distinto de otro, por ende, ninguna sugerencia o recomendación será la misma para otro lugar. Esta información sólo es entregada a través de una correcta asesoría de Feng Shui.
Aprender a observar y conocer cómo la energía lee a la naturaleza. Cuando eso se logra podremos introducir esa misma comunicación armoniosa dentro de nuestro espacio en forma analógica, a través de formas, colores, texturas, sonidos, imágenes, figuras etc.
- Ser conscientes de los dos puntos anteriores y los cambios que estás dispuesto a realizar en su espacio, puesto que estos cambios no son una renovación meramente decorativa, estás trabajando con la energía invisible, no se necesita ver para sentir los cambios, sólo se necesita que los dueños del espacio pongan su intención y energía en los cambios que están dispuestos a realizar.
El Qi nos entrega beneficios en 3 aspectos de nuestra vida, el destino, la suerte, y las relaciones del ser humano con los asuntos de la vida y aunque no seamos capaces de lograr ver el Qi que se encuentra en constante movimiento, si somos capaces de sentirlo. Al entregar una asesoría de Feng Shui se entrega además ese latido invisible de la energía que en ocasiones pudo haber estado dormido, se despierta y se le da ese impulso que le faltaba para que nuevamente se comience a mover, a vibrar y a entregar todas esa información y riqueza que el cielo y la tierra tienen para depositar a este espacio y que ahora los seres humanos que lo habitan están alineados para recibir al Qi de forma consiente, respetuoso y agradecido.
Allí donde hay Qi hay despertar a la vida; allí donde hay Qi hay caída en la muerte. Todo lo que vive, lo hace debido a su Qi
Guanzi, XII
Evelyn
Fuente: Feng Shui en el Hemisferio Sur, Sylvia Galleguillos