¿Cómo nace el Feng Shui?

El Feng Shui se origina principalmente por la constante preocupación que mantenían los sabios chinos por conservar el equilibrio y armonía entre cielo, ser humano y tierra.

Es por ello, que a través de la geomancia lo llamarón Kan Yu, que al traducirlo significa “Cielo y Tierra” o “La carroza de la mayor responsabilidad” esto porque para ellos con una simple imagen de una carroza se podía lograr en forma analógica explicar ese pensamiento o disciplina China en forma transversal, el que se puede leer en el siguiente texto de Huainanzi.

“La persona ejemplar que está libre de ansiedad y preocupaciones por el mañana, tiene el cielo como toldo de su carroza, la tierra como su habitáculo, las cuatro estaciones como sus caballos y el yin y yang como su cochero”

Si analizamos lo que Huainanzi quiso decir, podemos ver muchos mensajes a través de la analogía que ahí se encuentran. Lograr estar siempre analógicamente conectados con los mensajes del universo (estaciones, momentos, ciclos, orientaciones) para sentirnos cobijados, porque ese invisible entra a nuestros espacios.

Mientas nosotros percibamos nuestro hogar o espacio como nuestro habitáculo y aún más, ser capases de traspasar esas murallas hacia otros horizontes manteniendo firme la energía, pues seremos consientes que mi base o habitáculo es sólido y será el lugar donde queramos fijar nuestra vida.

Las cuatro estaciones, nos llama a reflexionar sobre aquellos momentos importantes que nos entrega la naturaleza durante todo el año, invitándonos a contrastar aquellos cambios que ocurren dentro de nuestro espacio, de nuestro interior o de nuestras vidas y así darles el trabajo correcto a estos caballos.

Y finalmente al mencionar el Yin y Yang somos nosotros el ser humanos, que nos dice que vivimos de luces y sombras y donde debemos ser capaces de manejar aquellas situaciones en la vida para lograr mantener el equilibrio y las aspiraciones que tanto deseamos.

Guopu es quien reformula su nombre alrededor del siglo 3 DC a Feng Shui que al traducirlo significa “Viento y Agua” Entendiendo que el Qi (energía) se mueve con el viento y somos nosotros los responsables de interpretarlo e incorporarlo en nuestro espacio para que fluya y no se escape. Así también está el agua que representa las curvas o recovecos que tiene la vida, energía que también se puede acopiar o vaciar, considerando además que está en nuestro interior como en el exterior. Y es con esta energía armónica que es guiada por el viento y el agua, nacen aquellos lugares y espacios donde habitamos.

Al conocer la importancia del viento y el agua es nuestra responsabilidad al menos intentar entender que no se debe domesticar ni temer, sólo se debe buscar la forma de adaptarse y encontrar alternativas para utilizar lo que la naturaleza nos está entregando. Una asesoría de Feng Shui logra comprender cómo armonizan entre sí, su comunicación y comportamiento con el entorno si nosotros no existiéramos, tener la capacidad y sensibilidad de verlo y ser parte de ello.

Guopu, nos entrega una de sus citas más conocidas, donde a través de la analogía nos indica el significado de Feng Shui

“El Qi de la vida galopando con el viento se dispersa y sigue sin detenerse, se acopia y aposenta con el agua. Así fluye por la montaña y allí donde más se acopia nacen las ciudades y las murallas de los 4 lados de las residencias”

Evelyn

Fuente: Escuela Chilena de Feng Shui Enzo Cozzy y Sylvia Galleguilos

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